pensamientos

Las pequeñas cosas son las que nos hacen únicos.

No la belleza, no la inteligencia... no.

Las miradas, caricias, palabras de complicidad... eso es realmente lo importante.

Darte cuenta que cada minuto, cada segundo es único e irrepetible y poder vivir cada uno de ellos como si fuera el último no tiene precio.

Esto no es fácil... a veces, es necesario parar un poco ese caprichoso tiempo, en el que las agujas de ese reloj, que no deja de sonar, se sumergen en una noria sin fin, como un barco en un crucero con el mismo recorrido... una y otra vez... visitando sin cesar cada uno de los puertos, una... y otra... y otra vez....

En ocasiones una canción despierta hasta el más mínimo poro de nuestra piel y con él un recuerdo, una sensación que lo acompaña por el sendero de nuestra memoria hasta que otro, quizás más ruidoso, lo reemplaza robándole el turno.

Otros muchos que permanecen ahí, inmóviles hasta que una inesperada visita al lugar mágico lo revitaliza haciéndole aún más real y certero que cuando estaba en un primer plano, en un tiempo ahora lejano.

Esas pequeñas cosas...