Mi sobrina, una hermosa niña de 2 añitos de edad, con la que convivo y quien me adora y a la que quiero más que a mi vida, acaba de obligarme a plantearme una serie de cosas que llevaba pensando durante toda la jornada y que gracias a su 'actuación' he conseguido encauzar y vincular.
Ella, al igual que la mayoría de las personas con las que me relaciono diariamente, está acostumbrada a verme siempre o casi siempre sentada en mi silla de ruedas, o bien en el sofá o tumbada en la cama cuando, cada mañana que no tiene cole, viene a despertarme.
Pues bien, hace menos de una hora, su papá y el mío me sentaron en su cama, donde se encontraba bailando y cantando las canciones que tanto le gustan y creí que estar con ella un rato la parecería buena idea.
Nada más lejos de la realidad... desconozco los motivos de su reacción pero os puedo asegurar que yo he sido la primera sorprendida... no quería ni mirarme, ni acercarse a mí, ni hablarme, ni nada.... se agarró fervientemente al cuello de su madre para alejarse lo máximo de mi cuerpo, sentado por vez primera en su cama, su espacio, su mundo...
Aún estoy algo confusa... supongo que el hecho de que me haya ubicado siempre en mi silla, verme fuera de ésta y de repente en su espacio, le ha bloqueado...
Esto no me afecta para mal ni mucho menos, pues es la niña de mis ojos y sé que me adora, pues para ella mi situación es lógica y normal, ha nacido y crecido junto a mí y sé perfectamente, que pronto llegarán las preguntas curiosas e incómodas en alguna ocasión, pero no esta vez... no cuando su inocente curiosidad la anime a formularlas; responderé encantada y con una sonrisa.
Estas cosas me hacen reflexionar sobre la curiosa mente de las personas. Si la corta vida de una niña ha sido tiempo suficiente para asociar una ubicación única e indiscutible con una determinada persona, me pregunto qué no habrá sido capaz de asociar la mente humana de una persona adulta: sensaciones, situaciones, recuerdos, aspecto, palabras, expresiones...
Estas reflexiones me llevan tan bien a plantearme cosas, a que quizás esta asociación que ha hecho mi sobrina, pueda hacerla también, algún día, una hija mía (si es que algún día los tengo...)...
Me conozco, se cómo soy y mis limitaciones. Y si hay algo que realmente me molesta no poder hacer por mí misma va a ser precisamente eso, no poder ser 100% responsable del cuidado de mis hijos, no tener los 'poderes' de una madre normal, esos momentos a solas, madre e hijo... Sé (y tengo que asumirlo) que será duro, que no va a ser nada de color de rosa, pero prometo que el día que ese momento llegue, lo intentaré afrontar con la mayor madurez posible.
También sé que no estaré sola... y que los problemas, junto a la persona que te quiere y a la que quieres, son menos problemas.
A mí también me ha sorprendido la reacción de tu sobrina!! Tal vez sea por lo q dices, a algunos niños no les gusta q invadan su espacio.
ResponderEliminarNo te preocupes por lo d ser madre, cuando llegue el momento no habrá problema, dicen q la fuerza q tienen las madres es la mayor fuerza.
Besoss!!
Te sigoo :)
ResponderEliminarPasateee!! Un besoo! Paula!