La mirada de una niña cuando su padre le está explicando algo nuevo para ella.
La sensación de querer grabar esas sabias palabras en sus brillantes e inocentes pupilas y a la vez hacer que su pequeño y joven cerebro pueda asimilar cada una de ellas hasta llegar a su completa compresión.
Son cosas que, las vea una y mil veces, me siguen impactando...
¿Quien pudiera devolver esa inocencia a nuestra mirada, verdad?
Ya te digo... cuando creemos que nuestros padres son los más sabios del mundo, que siempre lo saben todo y que junto a ellos nunca nos pasará nada ni nos harán daño... Qué bonito sería volver a sentirnos así...
ResponderEliminarMuy buena reflexión xD. Un besazo